sábado, 7 de noviembre de 2009

Estructura y acceso

Hasta ahora hemos utilizado los términos secuencial y directo para referirnos tanto a la estructura del fichero como al método de acceso a los datos. En realidad, se trata de dos conceptos bien distintos y habría sido más exacto hablar de:

(secuencial o directa). Forma en que están organizados, es decir, escritos, los datos;

(secuencial o directo). Forma de acceder a los datos del fichero, tanto en la fase de escritura como en la de lectura.

Es fácil intuir, y también recordar cuando se escriben los programas.

Por consiguiente, la elección de una estructura o de otra depende no solamente del tipo de datos que se tengan, sino también de la clase de empleo que les vayamos a dar y del tipo de ordenador que utilizamos. Por ejemplo, los más pequeños ordenadores caseros no suelen permitir controlar ficheros directos y, a veces, ni siquiera secuenciales.

En este punto, volvemos a hablar de ordenador personal. Estos ordenadores suelen trabajar sólo con magnetófonos a cásete (como las musicales) y, por consiguiente, no permiten controles sofisticados (¡es un decir!) de los ficheros. Para hablar de ficheros, como se habrá percatado ya, es preciso, en la práctica, referirnos a los ordenadores que utilizan discos flexibles.

Antes de proseguir para ver finalmente las instrucciones BASIC relativas a los ficheros, hagamos una puntualización técnica con respecto al empleo de los magnetófonos a cásete ordinarios (musicales, para entendernos). Para controlar los ficheros secuen-ciales, no todos estos magnetófonos proporcinan resultados satisfactorios. De hecho, un fichero secuencial es una sucesión de registros independientes entre sí, que deben escribirse y leerse de manera secuencial, pero no necesariamente todos con continuidad temporal: entre la escritura, o lectura, de un registro y el sucesivo puede existir una larga pausa; basta considerar el tiempo necesario para preparar un nuevo registro antes de escribirlo.

Por este motivo.

Los ficheros secuenciales en cásete se pueden utilizar, pues, solamente con los ordenadores que tengan el control remoto de la grabadora. Con mayor razón, los ficheros directos nunca se pueden escribir en ningún tipo de cinta magnética, ni siquiera en las empleadas por los grandes ordenadores, porque estos ficheros requieren que se pueda tener acceso directo a cada uno de sus registros.

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